Algunas personas parecen no tener miedo a las cámaras pero pensad siempre hay algo de inquietud y miedo de fondo. En mi caso es lo mismo, puede parecer que me pongo delante de la cámara y sale todo solo pero en realidad no es así. Me lo preparo y muchas veces sale mal. A veces me preocupo por la ropa que llevo, por la luz que no es buena como en el vídeo que incluyo, el sonido, lo que se ve detrás, si hago buena cara, si tengo «un día de esos» y no me va a creer nadie… Y he pensado que haciendo este artículo mucha de la gente se dará cuenta que ‘no está sola’ y estará igualmente preocupada por lo que implica exponerse al público. Estoy seguro que explicando cómo he superado yo esos obstáculos os será de ayuda y os animará a poneros delante y compartir esas experiencias maravillosas que serán de ayuda a vuestra audiencia.
Puedes ver la versión reducida de este post en el vídeo de nuestro canal de Youtube
Contenidos
Cómo salgo delante de la cámara
Obstáculo y miedo principal que podamos tener ante una cámara. Ponerse delante de una cámara por sí no debería suponer un problema. A lo que realmente se suele tener pánico es a lo que pasa después puesto que sabemos que nuestra imagen queda registrada y está destinada al público donde estaremos expuestos. Y es en nuestra cabecita donde empezamos a crear una espiral negativa del «qué pensarán de cómo me veo» cuando nuestro vídeo esté colgado en las redes. Y esto es un verdadero problema cuando sabes que el vídeo es el mejor contenido para atraer gente a tu negocio y que has de hacerlos sí o sí. Podrás hacer un post en tu blog, podcast un screencast… y sabes que son contenidos muy buenos para atraer y fidelizar tu audiencia pero nada, absolutamente nada va a batir la efectividad y eficiencia de salir en persona y dirigirte directamente a tus posibles clientes. Y es por la sencilla razón que con los vídeos la gente te ve, te conoce, sabe que hay alguien real detrás de los contenidos, establece una relación de confianza.
Así que llegamos a la parte en la que nos ponemos delante de la cámara y nos vemos raros. A lo mejor nuestra boca nos aparece irreal, nos damos cuenta que nuestra pronunciación en alguna palabra no es buena, o que nuestra mirada se va a Cuenca en vez de la cámara o que aquellos complejos que teníamos olvidados de creernos gordos, flacos o con ojos saltones emergen de nuevo a la superficie desembocando en nuestro actual miedo a las cámaras. ¿Cómo salir de este bucle?
Impacto positivo
Os voy a hablar desde mi propia experiencia. Nunca he tenido un físico aquello que digamos agraciado. De adolescente adolecía de una delgadez extrema mezcla de causas como complexión, mucho deporte y crecer muy rápido. Llegué a pesar unos 53kg. midiendo 1.75m y ello conllevaba otro tipo de complejos como timidez ante las chicas, pánico a hablar en público e incluso dificultad de comunicación con gente que veía demasiado «guay» para mí. Hoy en día sin embargo, me pongo delante del teclado, de una cámara o de una mujer y no me cuesta en absoluto entablar comunicación sin pensar en cómo me verán. ¿Cómo lo superé?
El mundo es imperfecto
Deja por un momento lo que estés haciendo y piensa en los grandes comunicadores. No en las estrellas de cine, series, cantantes y demás. Esos no cuentan porque ni te imaginas la de lifting digitales que se gastan. Yo me refiero a los grandes comunicadores. Aquellos que han ganado notoriedad por lo que dicen y cómo lo dicen. Si te cuesta trabajo acordarte de alguno te pongo algunos ejemplos aquí abajo.
Jordi Évole
Créditos: lasexta.com
Julia Otero
Créditos: elespañol.com
Ignacio Escolar
Créditos: eldiario.es
Gemma Nierga
Créditos: europapress.es
Pepa Bueno
Créditos: Wikipedia.org
Risto Mejide
Créditos: mediaset.es
Lucía Etxebarría
Créditos: Wikipedia.org
El Gran Wyoming
Créditos: lasexta.es
Maria Teresa Campos
Créditos: Wikipedia.org
Matías Prats
Créditos: antena3.com
Ahora piensa un poco. Podremos estar más o menos de acuerdo con lo que dicen estas personas pero es obvio que ni su notoriedad viene precisamente de su físico ni tienen miedo a las cámaras. Y eso es precisamente lo que queremos nosotros. Que nuestro mensaje llegue, que sea creíble. No quiere decir que descuidemos nuestro aspecto sino que no debemos preocuparnos por el mismo. Son dos cosas completamente diferentes.
¿Qué es más importante que los nervios ante una cámara?
En mi caso lo tenía claro: Enseñar todo lo que he ganado con mi experiencia es algo que siempre me ha producido satisfacción. Y no lo digo por decir. Mi primer blog salió en el año 2004 con la versión 1.2 de WordPress. Y aún lo mantengo aunque falto de publicaciones por el poco tiempo disponible. También he tenido un blog de cocina, páginas de facebook y seguramente alguna que otra cosa más. Viene conmigo y disfruto sabiendo que otras personas van a poder aprovechar mis conocimientos. Así que lo pongo en el top de prioridades. Es una necesidad tan fuerte que sobrepasa el posible miedo a las cámaras, nervios o cualquier cosa que me esté fastidiando. En los instantes iniciales es posible que mi corazón vaya a cien por hora. Pero cuando empiezo a hablar y darme cuenta de que estoy haciendo lo que me gusta, el miedo pasa a segundo, tercer, cuarto… y ningún plano.
¿Cuál es tu prioridad? Respóndete a ello y ponlo en el top de tus prioridades. Cuando te pongas delante de la cámara ten en la mente esa prioridad y deja que poco a poco ocupe todo tu ser mientras se desvanece el miedo.
La recompensa es más poderosa que el miedo a las cámaras
Otro de mis métodos para perder el miedo a las cámaras es adelantarme un poco al futuro y visualizar lo que pasará cuando alguien lo vea. Porque para mí la recompensa más valiosa es creer que aunque sea para una sola persona va a suponer una solución para ella. Me da igual que esa persona luego no vaya a mi web, no contrate mis servicios o no haga click en ninguno de mis enlaces. Todo eso para mí es secundario siempre y cuando haya aportado valor o esa persona piense «ajá… osea que es así». Esa es mi recompensa.
Piensa cuál es la tuya. ¿Qué quieres conseguir con ese vídeo? ¿Las personas que lo vean saldrán de tu canal con algún conocimiento que le sirva de algo? Aférrate a ello cada vez que hagas un vídeo. Piensa que antes de vender nada hay que empoderar a tus prospectos con aportes de valor y esa será tu recompensa. Esos nervios que tienes ahora están justificados pero no son nada comparados con la emoción de sentir que estás haciendo algo útil para alguien que puede acudir a ti posteriormente porque sabe «que tú vales».
Desarrolla tu propio caracter
Estaréis hartos de oirlo. «Simplemente sé tú mismo». Pero es que tiene toda la razón del mundo. La gente que no me conoce y con la que empiezo a entablar relaciones, en cuanto hay un poco de confianza y sale el tema de la edad el resultado es el mismo. Todos se asombran al conocer la mía y me echan de algunos a muchos años menos. ¿Por qué? Si miras mi cara realmente no destila jovialidad. Pero a la hora de hablar, mis ocurrencias, mi lenguaje corporal hacen que el cerebro de la persona asuma que está hablando con alguien de menor edad. De hecho siempre me ha gustado hablar con gente joven y me encuentro muy a gusto entre ellos. Así que no te pongas nervios@ si no recuerdas cómo has de actuar. El truco es… ¡que no hay que actuar! Y lo más reconfortante es que si luego conoces a alguien que ha visto tus vídeos siempre te dirán agradecidas aquello de «es que eres igual a como sales en tus vídeos». Y eso es lo mejor de todo. Que tu carácter y tu mensaje pasan por encima de cualquier aspecto físico o forma de actuar siempre que aporten valor.
¿Cuántos años me echarías viendo esta foto? Pues súmale algunos más…
Inspírate en los maestros
Seguro que en la lista de ‘excusas para no hacer vídeos’ ocupa un lugar predominante la de ‘no sé de qué hablar, me atasco’. Créeme. Nadie nace aprendido. Si de verdad estás muy atascado mira a ver qué hacen los líderes. Aquellos que tienes en un pedestal. Eso te puede dar pistas y no te sientas mal por dar tu visión sobre lo que están comentando en ese momento. Es la manera genuina de transmitir conocimiento. Veo una situación, la aprendo, le aporto valor (mi visión) y la transmito. Y cuando transmitas tu conocimiento en los vídeos seguramente habrá alguien que se inspire en él para hacer un post u otro vídeo. La rueda del conocimiento funciona así. Captando valor y compartiéndolo posteriormente con tu visión es como funcionan las experiencias en Internet y como se desarrolla el conocimiento global. Veo, asimilo, elaboro, transmito. ¡Ah! Y no dejes de visitar este artículo donde explico algunas cosillas para evitar atascarse en medio de un discurso ?
Bonus track. El mejor consejo para perder miedo a las cámaras
Abre bien los ojos y lee esto: No te hagas caso. Tu visión de un vídeo en el que salgas está contaminada por la percepción que tienes de ti mismo. Tú no te ves a ti mismo todo el día, ni tu cara, ni tus gestos… y tampoco te oyes como te han estado oyendo los demás toda su vida porque tu cuerpo es una caja de resonancia para tus cuerdas vocales que «ecualiza» tu voz. Así que es normal que no te gustes cómo te veas y oigas. Esa no es la cuestión. La cuestión es que para los que no te conocen les da igual. No tienen tus referencias de ‘cómo debe ser’ tu voz o tu cara. Y para los que te conocen ellos van a ver y oír lo que ven y oyen todos los días de ti. NO VA A HABER DIFERENCIA. Así que la única persona que va a notar algo raro serás tú y esa sensación te quedará en el olvido cuando lleves algunos vídeos hechos. Para entonces tu ‘yo grabado’ será una persona más y te dará igual sonarte y verte diferente. Créeme porque este es el mejor consejo para perder el miedo. Practica, grábate, mírate y escúchate tanto como puedas. Acelerará el proceso y hará que te acostumbres más rápido.
¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Añadirías alguno más? ¿Tienes alguna otra manera de eliminar el miedo a las cámaras? Déjanos tus comentarios debajo y los contestaré. En cuanto a nosotros nos despedimos hasta el próximo artículo. ¡Hasta la próxima, videomarketeros!
Este sitio web usa cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia posible. La información de cookies se almacena en tu navegador y sirven para funciones como identificar cuándo vuelves a nuestro sitio web y ayudar a nuestro equipo sobre qué secciones de nuestra web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies obligatorias
Son cookies estrictamente necesarias y deben estar activadas siempre para que podamos guardar tus preferencias para los ajustes de cookies.
Si desactivas estas cookies no podremos guardar tus preferencias. Eso significa que cada vez que visites nuestra web tendrás que configuar las cookies de nuevo.
Cookies de terceros
Esta web usa Google Analytics para recoger información anónima como el número de visitantes y las páginas más populares.
Aceptando estas cookies nos ayudas a mejorar nuestra web.
Por favor, activa las cookies obligatorias primero para que podamos guardar tus preferencias!
Información básica sobre protección de datos
Responsable » Carlos Zapater
Finalidad » Gestión de dudas y servicios a cliente
Legitimación » Consentimiento del interesado
Derechos » Tienes derecho a acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional
Información adicional » Puedes consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos Personales en mi página web streamyng.com